Esta rama de la Psicología te orienta y acompaña en tu proceso de adaptación y cambios que surgen desde el momento de la concepción del pensamiento o deseo de convertirse en padres o desde la noticia que serán papá o mamá.
Ya sea un proyecto en pareja o como persona, la psicología perinatal abarca desde la búsqueda de la concepción, gestación, nacimiento (parto), postparto, puerperio y los primeros años de vida del bebé. Con la finalidad de ayudar en la estabilidad emocional de la pareja, de la familia o como individuo durante los cambios que enfrentarán en su ciclo vital de vida y que formarán las bases de la relación familiar que influirán en el desarrollo del nuevo integrante.
Previniendo la patología emocional debido a los cambios fisiológicos, neuroendócrinos y psicosociales en la mujer ante los cambios en su nueva etapa. Así como el rol que desempeña el hombre como acompañante de su pareja, como individuo en su proceso de adaptación y creación de vínculo padre-hijo/a.
Donald Winnicott
El proyecto de ser padres en ocasiones suele complicarse debido a situaciones de enfermedades que impiden la concepción o casos donde se ha postergado la paternidad debido a la situación social causando infertilidad o dificultad para la concepción. Generando angustia, estrés, reproches y frustración; provocando un bloqueo mental y emocional.
Los diversos cambios que enfrentan la mujer:
Entre otros, influyen directamente en el área emocional.
La pérdida durante la gestación, en el parto o después del nacimiento conlleva un gran impacto en la familia. Es necesario brindar un adecuado apoyo y acompañamiento a la madre o ambos padres para evitar duelos inconclusos que generen con el tiempo trastornos emocionales.
El estilo de vida, hábitos alimenticios o determinadas enfermedades suelen causar estragos durante el proceso de la gestación que en determinadas ocasiones necesitan reposo absoluto, citas médicas constantes, hospitalización o partos prematuros. Estos eventos causan un estrés constante en la madre, padre o familiares que fungen como red de apoyo. El cansancio y la frustración al no llevar un embarazo deseado desencadenan una serie de miedos ante la posible pérdida.
La transformación física que sufre la mujer durante la gestación, el miedo ante la capacidad de fortaleza y tolerancia del dolor durante el parto, las inseguridades de lograr crear el vínculo tan esperado de madre-hijo. La función del padre durante el momento del alumbramiento, los cambios y ajustes a su nuevo estilo de vida. Surgen como interrogantes amenazantes en el momento donde se encuentran más sensibles emocionalmente.
Ambos padres se encuentran en el momento más sensible, alegre y temible al mismo tiempo. Las emociones se encuentran desbordadas, donde se pone a prueba la capacidad de empatía, apoyo y aceptación ante los cambios no solamente físicos, sino mentales y emocionales ante la responsabilidad de un nuevo ser. La importancia de crear un vínculo seguro entre madre-hijo/a, entre padre-hijo/a, sin descuidar la relación de pareja y como individuo se convierte en un gran reto.
Ningún bebe viene con instrucciones, pero si con un padre o madre que lo único que necesita es amor, paciencia y empatía. Los vínculos generados en los primeros años de vida del bebé le permitirán generar capacidades de desarrollo social, mental y emocional. Desde la concepción el nuevo ser percibe y absorbe constantemente lo que se encuentra en su entorno, la importancia de una adecuada guía permitirá a los padres desarrollar estrategias y habilidades en su rol de guías.
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